Sin duda, el homenaje a Jan Svankmajer. Maestrazo checo del surrealismo en la pantalla grande.
Le dicen alquimista del cine y vaya que le queda bien el mote.
Le dicen alquimista del cine y vaya que le queda bien el mote.
Los mundos que imagina, microcosmos retorcidos dentro de un mundo aparentemente normal, sumergen al espectador en sensaciones extrañas de tan nuevas que lo arrastran y los arrastran hasta dejarlo en la orilla del desconcierto.
Stop motion: la vida antes del cine en 3D.
Cualquiera de sus obras basta para contemplar, desde el azoro, a un verdadero artesano de los renglones torcidos.
Acá pueden visitar su sitio oficial.
Por otra parte, la película que más me gustó, fue la española Mí (César del Alamo, España, 2009). Ejemplo de cómo un buen director con un buen guión en las manos hace maravillas con tan sólo un par de actores y unas cuantas voces.
Si la encuentran, no lo duden, véanla.
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