miércoles, 21 de septiembre de 2011

EL OSARIO

EL ENEBRO tuvo la oportunidad de estar en uno de los lugares más impactantes: El osario, de Kutná Hora en República Checa.

Este osario, localizado a una hora de Praga, está decorado con las osamentas de más de 40000 personas.













Un corto alucinante de Jan Svankmajer acerca del lugar:




Historia:

EL OSARIO

Hace casi novecientos años, en 1142, se estableció en el pueblo de Sedlec, hoy un suburbio de la ciudad de Kutná Hora, un monasterio cisterciense que pronto se convirtió en el centro económico y cultural de la región. El detonante para el impetuoso auge del primer monasterio de esta orden religiosa en Bohemia fue el descubrimiento en la zona de grandes yacimientos de plata, ocurrido unos cien años después. A partir de este momento y a lo largo del siglo XII los monjes obtuvieron primero el derecho patronal sobre la cercana iglesia del pueblo de Malín y progresivamente después sobre las demás iglesias que se fueron fundando en las aldeas mineras que comenzaron a florecer en el área. Una de las obligaciones de la parroquia consistía en oficiar las exequias de sus fieles, de manera que según la tradición monacal el cementerio ya existía desde mediados del siglo XIII, etapa en la que se fue asentando por allí una población creciente ocupada fundamentalmente en la extracción y elaboración de la plata.

Cuenta la leyenda que Heidenreich (Enrique), el abad del monasterio de Sedlec, trajo un puñado de tierra de la tumba de Jesús en Jerusalén y la esparció por el cementerio. De esta manera convirtió la tierra del camposanto en parte de la Tierra Santa y como resultado se comenzaron a enterrar allí tanto a gente de Bohemia como de los demás países vecinos. El cementerio era tan buscado que cuando llegaron los tiempos de epidemias miles de víctimas encontraron aquí su última morada. Las crónicas apuntan que durante la plaga de la peste en 1318, fueron sepultados en Sedlec unos 30 000 difuntos. El número de sepulturas siguió aumentando durante las guerras husitas y en 1421 los mismos husitas incendiaron el precioso monasterio de Sedlec y libraron cruentas batallas en las cercanías de Kutná Hora (por ejemplo, la batalla de Malesov).

La llamada Capilla de Todos los Santos había empezado a construirse en el cementerio de Sedlec a comienzos del siglo XIV, en fecha anterior a que estallaran las guerras husitas. En aquel momento también se estaban ultimando los trabajos de construcción de la iglesia conventual de Nuestra Señora, la cual con sus 87 metros de longitud es hoy día el mayor edificio conservado de finales del siglo XIII y comienzos del XIV en Bohemia. El monasterio podía permitirse entonces esas actividades tan costosas de construcción debido a las enormes riquezas que le proporcionaba la explotación de la mayor parte de las minas de plata existentes, las cuales se encontraban en terrenos de su propiedad.

La edificación de los dos templos corrió a cargo del taller de construcción de Sedlec. El taller quedó dispersado con el tiempo y la mayoría de sus artesanos tomó parte también en la construcción de las iglesias de la ciudad de Kutná Hora.

La capilla del cementerio de dos torres y osario tenía originalmente dos plantas. En la planta superior se ubicaba la capilla propiamente dicha y en la inferior estaba el osario. Las osamentas retiradas de las sepulturas suprimidas se iban apilando alrededor de la capilla y pasado algún tiempo se trasladaban a la planta inferior. En el año 1511 un monje medio ciego apiló los huesos formando pirámides. En 1661 los monjes volvieron a arreglar esta decoración hecha de los restos de los esqueletos y construyeron nuevamente la bóveda derrumbada.

El aspecto actual de la capilla y del osario se debe a una modificación barroca realizada a comienzos del siglo XVIII por Jan Santini Aichl quien trabajaba en la remodelación del templo conventual de Nuestra Señora. El arquitecto Santini reformó la capilla inferior aplicando su estilo arquitectónico específico (llamado gótico-barroco). Para ello procedió a arreglar el interior de la capilla diseñando decorados con osamentas y otros complementos, por ejemplo, creó las coronas talladas sobre las pirámides, los candeleros en forma de pináculos, etc. En aquel momento la decoración era más simple que hoy en día. El escudo barroco que está entre las torres porta la imagen de la Virgen María Inmaculada y es la obra de Matéj Jackel, realizada en el año 1709. De este mismo escultor es la figura de San Juan Nepomuceno delante del osario. Completan el monumento las figuras de otros cuatro santos: San Wenceslao, San Adalberto, San Procopio y San Florián.

El año 1748 constituye un importante hito en la historia de la capilla ya que en esa fecha el emperador José II suprimió, entre muchos otros, el monasterio de Sedlec. La noble familia Schwarzenberg de Orlík adquirió los bienes monacales y mandó a arreglar el osario dándole el aspecto actual. El escultor Frantisek Rint de Ceska Skalice es el autor de esta redecoración mundialmente única, hecha de osamentas. Él y sus familiares decoraron el interior después de haber desinfectado y blanqueado cada uno de los huesos con cloruro de cal. Rint suprimió dos de las seis pirámides originales, utilizó algunas partes en la decoración existente y mandó a sepultar 40 metros cúbicos de osamentas al pie de la gran cruz de hierro que está en el cementerio.

Se estima que la decoración del osario está realizada con las osamentas de unas 40 000 personas. Quienes crearon esta obra no lo hicieron por gusto o de manera fortuita, sino tenían el objetivo de recordar a los visitantes a través de muchos decenios la fugacidad de la vida humana y la realidad de la muerte. Precisamente este hecho, pensaban, debería llevarnos a una convivencia armoniosa, para que apreciáramos la vida y comprendiéramos nuestra responsabilidad hacia Dios.